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martes, 14 de agosto de 2012

La función social del hórreo

 Panera de Borondes, Grado.

 Molino de rabil bajo un hórreo en Busloñe, Morcín.

 Cubil del gochu y talamera con truébanos en Cirieño, Amieva.

 Gadañes colgadas de gavitos en Casares, Quirós.

 Panerona de Santianes de Molenes, Grado.

 Calabazas en la talamera de una panera de Castiellu, Cabranes.


 Carro bajo una panera en Doñaxuandi, Riosa; 
y "carro" bajo un hórreo en Lebredo, El Franco.


 Secando fabes en San Román, Sariego.

 Leñera bajo un hórreo en Sena, Ibias.

Secando maiz en Vegalencia, Ribera de Arriba


La economía de subsistencia del campesinado asturiano estaba caracterizada por la dependencia de la tierra y del ganado, por lo que se vio obligado a encontrar una forma de guardar, mantener y proteger los productos que obtenía del campo y de los animales. Así, los hórreos y paneras permitían conservar los derivados cárnicos (jamones, chorizos, cecinas…) y los lácteos (queso), así como los productos de la huerta (patatas, manzanas, castañas, fabas, maíz…). Esto es posible porque están aislados del suelo y su excelente ventilación permite una temperatura constante en el interior.
Pero el hórreo también se utilizó como almacén para guardar objetos (ropa en desuso, herramientas…), e incluso como habitación improvisada o fija, dependiendo de las necesidades de la familia. Y el solhorru, espacio que queda bajo el hórreo, se usó como leñera, para guardar el carro (ahora se guarda el coche…), para instalar el molino de rabilar, el cubil del gochu, etc.
Algunos hórreos se levantaban sobre otra edificación, cuadra o vivienda, e incluso ambas. En este caso, el espacio que quedaba entre el hórreo y el resto del edificio, el caramachón, también se aprovechaba como almacén y secadero.
Aunque a veces cada casa tiene su propio hórreo, es muy frecuente que sea compartido entre varios vecinos. En este caso, el interior se compartimenta con tablas o con un entretejido de varas de castaño, y se abre una puerta al exterior por cada propietario (por lo general, si el hórreo es de dos, se abren sendas puertas en la parte delantera, y si son cuatro se abren dos delante y dos en la pared opuesta).
En resumen, la casa tradicional asturiana incluía no sólo la vivienda, sino también una serie de construcciones auxiliares entre las que destacan el hórreo y la panera, elementos funcionales que fueron esenciales para su pervivencia.



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