Se trata de una capilla funeraria adosada a la primitiva iglesia parroquial de San Nicolás de Bari o de los Padres Franciscanos. En un principio fue un edificio exento construido en los terrenos del cementerio parroquial, aunque al ampliar el templo quedó adosada al mismo.
Fue fundada por don Pedro Juan, quien cita la capilla en su testamento fechado en 1346. La portada es de estructura sencilla, con con un arco de tipo ojival romano, muy frecuente en el protogótico. Lo más significativo de la capilla es la bóveda, denominada aquitana, de su interior.
LOCALIZACIÓN: en Avilés, capital del concejo del mismo nombre.
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