Cuentan que Yu San se había sentado cerca de la ventana cuando comenzó a caer una fina lluvia. Miró hacia el jardín a tiempo de ver cómo una fila de hormigas avanzaba tapándose con una hoja y cómo un gato se resguardaba bajo un magnolio. Volvió de nuevo a su caligrafía. Mojó el pincel en la negra tinta y trazó la primera línea del pictograma. Dibujó una segunda línea para formar una suerte de tejado con la anterior, luego una línea vertical. En ese momento una idea se abrió paso en su cabeza. Miró de nuevo por la ventana, el jardín se había quedado desierto.
(Fotografía hecha en el Puertu Ventana)
Es lo que tienen los animales, no piensan y son más rápidos que nosotros. Mientras diseñamos acabamos con las alpargatas pingando del orbayu...
ResponderEliminarY lo que moja...
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