Se trata de una ranunculácea muy tóxica que florece pronto aprovechando que los árboles aún no echaron las hojas nuevas. A pesar de su toxicidad se ha utilizado como cardiotónico, para combatir el estreñimiento, como vermífugo, como catártico y para envenenar las puntas de lanzas y flechas.
Los síntomas del envenenamiento incluye dolor de estómago, náuseas, vómitos; y en caso de intoxicación grave: confusión mental, hipotensión, parada cardiorespiratoria y la muerte.
Sólo me falta encontrar la flecha...
ResponderEliminarAnda que no ibas a estar tú pocu guapu vestido de arquero...
ResponderEliminar