En Garganta la Olla (Cáceres), la Casa de las Muñecas se utilizaba como prostíbulo en la época de Carlos V, por lo que no sólo se pintaba la fachada de color azul para diferenciarlo del resto de los edificios, sino que, además, tenía tallada una muñeca en el arco de la puerta de entrada. Una ventana al lado de esta puerta permitía que los caballeros, sin tener que desmontar del caballo, pudieran ver la balaustrada del patio interior donde se sentaban las prostitutas.
A pocos sorprenderá que la casa parroquial de Garganta la Olla se construyera, hacia 1760, con el importe de la venta de la Casa de las Muñecas.
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