Capilla de Santiago y capilla de la Magdalena al fondo.
CAPILLA DE LA MAGDALENA O DE ABAJO
Construida en el siglo XIV, es de planta rectangular con ábside semicircular precedido de un tramo recto y orientada al este. Los canecillos carecen de ornamentación.
Interior del ábside
Cuenta la leyenda que Santa María Magdalena se apareció en este
lugar, pero a los fieles no les pareció el apropiado para construir una ermita, por lo
que llevaron la imagen a otro lugar. Al día siguiente la encontraron en el sito
en que había aparecido y la trasladaron de nuevo. Así siete veces. Finalmente
decidieron cumplir el deseo de la santa y construyeron la capilla en el lugar.
(La actual imagen no es la original)
La puerta de acceso es un arco de medio punto que se apoya en impostas lisas.
CAPILLA DE SANTIAGO O DE ARRIBA
La capilla de Santiago, construida en el siglo XIII, está situada a 300 metros de la capilla de
abajo, aunque también estuvo consagrada a Santa Catalina, Santo Toribio y Santa
María. Se trata de una construcción de planta octogonal de lados desiguales, un ábside semicircular precedido de un tramo recto y orientada al oeste. También cuenta con una estancia trapezoidal que da acceso a la cueva del Ermitaño desde el interior del templo. La puerta de acceso es de arco de medio punto. El ábside tenía los muros decorados.
El altar, exento, cuenta con una apertura en su frente que
comunica con el pozo de Santo Toribio, del que los romeros extraían tierra a la
que atribuían propiedades curativas.
Entre el ábside la
nave hay un recinto excavado en la roca de la montaña, llamada cueva del
ermitaño. Es de planta rectangular y se
abre al sur por un arco de medio punto.
EL MONSACRO
Situado a pocos kilómetros de Oviedo, el Monsacro ya fue un lugar sagrado desde tiempos
prehistóricos, lo que queda demostrado con el hallazgo de una necrópolis
tumular neolítica. Posteriormente, se consideró el lugar donde moraba Júpiter romano, y en
consecuencia, fue cristianizado durante la Edad Media, sustituyendo así el culto
pagano por el culto a Dios y a los Santos.
Por otra parte, cuenta la tradición que Santo Toribio,
obispo de Astorga, depositó en el Monsacro el Arca de las Santas Reliquias que
trajo de Jerusalén, para ponerla a salvo de los infieles. Las escondió en una
gruta y construyó una ermita que dedicó a Santa María. Otra versión asegura que
las Santas Reliquias llegaron a este monte desde Toledo, para salvarlas de la
invasión islámica.
También se le atribuye un origen templario.
De lo que sí hay documentación, es de la donación que en
1158 hacen Fernando II de León y su hermana Urraca a Rodrigo Sebastiániz,
legándole un coto en el Monsacro y haciendo también referencia a los monjes de
Monte Sacro.
(El Monsacro está en el concejo de Morcín)
No hay comentarios:
Publicar un comentario