San Bartolomé de Sobrepiedra

 El río Sella desde el cabildo de la ermita de San Bartolomé de Sobrepiedra.

 El cabildo no es el clásico que se añadió a los templos medievales asturianos posteriormente, lo que podría ser explicado si se acepta que formó parte de una malatería, ya que el atrio lo ocuparían los enfermos, mientras que fieles y sacerdotes utilizarían la nave y el presbiterio.

 Los muros están apuntalados con grandes contrafuertes.

 La portada, de arco de medio punto, es muy sencilla.

 Canecillos empotrados en en el muro oeste, uno de ellos parece un felino y el otro es irreconocible.

 No fue posible conseguir la llave, así que 

las fotos están hechas a través de la rejilla...

 El arco de triunfo es también muy sencillo y da paso a una capilla cubierta con bóveda de arista cuyos nervios se apoyan en cuatro ménsulas con rostros humanos toscamente tallados.

Escondida en el trayecto que va desde Cangas de Onís a Parres, antes de llegar a Las Rozas, la ermita de San Bartolomé de Sobrepiedra fue construida entre los siglos XII y XIII. De reducidas dimensiones, la ermita pertenece al románico rural arcaizante, de planta cuadrada que remata en una capilla absidal.

Algunos autores apuntan que pudiera tratarse de una malatería dependiente de un hospital de peregrinos de Cangas de Onís, o del cercano monasterio de Villanueva.

Cuando se restauró en 1970 se encontró en el muro toral una teja con la firma jeroglífica del Abad Domingo.

La ermita de San Bartolomé pertenece a la aldea de Sobrepiedra, parroquia de Villanueva, en el concejo de Parres.