Vista general del castro
Al castro se accede por su lado este, donde la escasa pendiente del terreno permitió construir cuatro murallas y tres fosos
La entrada este se hace a través de un corredor flanqueados por altos paramentos que albergaban dos puertas sucesivas
Conviven edificaciones de plantas circular y rectangular
Aljibe
3.- Muralla norte
4.- Puerta oeste
5.- Camino de acceso a la croa
6.- Antecastro oeste
7.- Aljibe
8.- Croa del castro
(Procede de una necrópolis tumular)
Las pesas se utilizaban para tensar los hilos de la urdimbre en el telar, que era de lizo y urdimbre vertical.
El peine de hierro se usaba para desenredar las fibras textiles, posiblemente de lino o lana, después de lavadas y secas
Arracada o pendiente con su cadena de suspensión por encima de la oreja
La cerámica es el elemento más importante entre los encontrados en el castro. Aparece muy fragmentada y presenta una gran variedad de formas, tipos y decoraciones.
Algunas piezas fueron elaboradas a mano, pero la mayoría se hicieron en el torno.
Predominan las formas redondeadas, con una o varias asas. Las paredes están alisadas con espátula o muy pulidas, dando la impresión de estar barnizadas.
También se utilizaban recipientes de cestería, madera y cuero
Tableros de juego
Los trabajos arqueológicos realizados desde 1972 evidencian un asentamiento continuado en el castro de Viladonga, cuya mayor ocupación se produjo entre los siglos II y V d.C.
En castro consta de varios recintos de murallas y fosos, dos antecastros o áreas de expansión y una gran área central o croa, donde se encuentran la mayoría de las estructuras excavadas. El interior de la croa se articula en torno a dos caminos que se cruzan de norte a sur y de este a oeste, y na ronda interior paralela a la muralla principal. Las construcciones suelen agruparse formando conjuntos o barrios, a veces en torno a un patio.
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