Vegadeo
Al perro de San Roque se le atribuye el nombre de Melampo (es el que más se repite), aunque también Rouna (sería una hembra), Guinefort, y Gozque
Cangas del Narcea
Allande
A San Roque se lo representa vestido de peregrino, con bordón, sombrero y capa. Tiene una llaga en la pierna izquierda (aunque a veces la tiene en la derecha) y va acompañado de un perro que lleva un panecillo en la boca
Castropol
Arrímate a mí, niña,
que soy San Roque,
por si viene la peste
que no te toque
Capilla de San Roque en Tineo
En pleno Camino Primitivo a Santiago, se cree que su fecha fundacional fue a finales del S.XII por peregrinos franceses
Nel Campu de San Roque
queimanun una vaqueira
cunas empechas ya abarcas
yal cestu de la manteiga
A San Roque invocamos
para que la peste y los males
pasen de lado
Aquí está San Roque
que todo lo coge
Nel Campu de San Roque
perdí una liga verde,
adiós campo de San Roque
donde les ligues se pierden
(San Roque no lleva muletas, lleva bordón, y sólo tiene una llaga)
Fue erigida por una próspera familia de armadores de la zona, en el S. XVII
Un original San Roque: sin perro y con una panoya colgando del bordón...
Tineo
El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Rodríguez se lo ha cortado
(¡¡¡¡¡Sí que tiene!!!!!)
Villanueva de Oscos
Mi primera foto de San Roque, allá por 2014
Capilla de ánimas "El Santín", en Niembro (Llanes)
Como protector de los peregrinos, son muchas las imágenes de San Roque que encontramos a lo largo de los Caminos de Santiago...
Siglo XV
Museo de Arte Sacro de Tineo
Tineo
Según la tradición, San Roque nació en el S. XIII o en el XIV (no hay acuerdo en este punto). Hijo del gobernador de Montpellier (Francia), al quedar huérfano a los 20 años decidió vender todas sus posesiones, repartir el dinero entre los pobres e iniciar una peregrinación a Roma.
Coincidiendo su viaje con una de las epidemias de peste negra que asolaron Europa, se dedicó a atender a los enfermos que encontró en su camino, contrayendo la enfermedad en Piacenza. Para no contagiar a nadie se refugió en un bosque (otros dicen que en una cueva) donde nació un manantial para calmarle la sed provocada por las altas fiebres.
Durante varios días se acercó a él un perro, de nombre Melampo, que le llevaba trozos de pan, hasta que el dueño del perro, un hombre rico apellidado Pallestrelli, que se había dado cuenta de las ausencias del animal y de la disminución del pan en la despensa, decidió seguirle. Así fue como el hombre encontró al enfermo San Roque, se encargó de cuidarlo y de curarle las llagas hasta que sanó.
De regreso a su tierra natal, fue confundido con un espía, lo apresaron y murió en prisión.
Su devoción se extendió rápidamente a partir del S. XV, siendo canonizado en 1584, celebrándose su festividad el 16 de agosto.
Es el santo protector de peregrinos, epidemias y canes, entre otros.
¡VIVA SAN ROQUE!
Y SI VIENE LA PESTE,
QUE NO NOS TOQUE
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