" asturgeografic: San Antón y el gochín

martes, 17 de enero de 2023

San Antón y el gochín

 

Catedral d´ Uviéu

Casu (izda.) y Ayer (dcha.)
Mucha confusión encontramos por el mundo entre los dos San Antonios... Sin embargo, son fáciles de diferenciar: San Antonio Abad (San Antón) suele llevar un gochín al lado (aunque no siempre) y San Antonio de Padua no (lleva al Niño Jesús en brazos)
La verdad es que si lo hubiéramos especificado bien en su momento, nos habríamos ahorrado un montón de kilómetros... 😂😂😂

Valdés
Viste el hábito negro de la Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, creada en el siglo XI, y en el lado izquierdo la cruz de Malta, ya que en el siglo XVIII el papa Pío VI los integró en dicha orden

El gochín lleva colgada al cuello la campanilla de la orden Antoniana

Ayande
Si lleva campanilla es San Antón...

Llanes

Bual
También puede llevar un rosario

La leyenda más conocida es la que cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos ciegos y San Antonio les curó; desde entonces la jabata no se separó de él.


Cabranes
Relata otra leyenda que San Antón descendió a los infiernos para enfrentarse a Satanás y salvar algunas almas. Para despistar a los demás demonios envió a su cerdito, que tenía una campanilla atada al cuello, a distraerlos, aprovechando el santo para robar el fuego infernal y dárselo a los hombres. 
Esta leyenda vincula a San Antonio con las tradiciones precristianas, asociándolo con figuras míticas como Prometeo o Lug, divinidad celta que simbolizaba la nueva vida y a la que se consagraban jabalíes y cerdos.

Casu

Corvera
Y casi siempre con un libro...

Pravia
Santo protector de todos los animales...

Llanes

San Antón, frío y tristón, barre las nieblas a un rincón

Morcín
En ocasiones, el bastón que lleva tiene forma de media tau (la T griega)

Cangas del Narcea

Por san Antón, la niebla no llega a las dos

Llanes

Por santo Antón, toda gallina pon

Amieva

Por san Antón, pon, pita, pon

Llena

Por san Antón “el huevero”, pone la gallina hasta en el suelo

Valdés

Por San Antón la gallina pon, la del ricu; la del probe non

Cangas del Narcea
Gochín, campanilla, libro y hábito de los Antonianos

El diecisiete de xineru, Santo Antón el llaconeru 
(porque le ofrecen lacones para que sane los animales domésticos)

Cangas del Narcea

Na recuada de xineiru, Sant´Antón ya´l primeiru

Llanes

Cangas del Narcea

Samartín del Rei Aurelio
Bastón con forma de Tau

En llegando San Antón, pocos cerdos ven el sol


La vida de San Antonio Abad fue recogida, junto con otros relatos hagiográficos, en “La leyenda dorada”, escrita por el monje  dominico Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, en el siglo XIII. En ella se cuenta que nació en el año 251 en Heracleópolis Magna (Egipto) y murió en Monte Colzim  (Egipto),  en el año 356, alcanzando los 105 años de edad.  Hijo de familia acomodada,  a la muerte de sus padres vendió todas sus posesiones, entregando el dinero a los pobres para vivir una vida ascética, convirtiéndose en el fundador del movimiento eremítico cristiano.

San Antonio es recordado no sólo por las tentaciones con las que dicen que el diablo le atormentó durante años,  sino también como el santo protector de todos los animales, los cesteros (trabajó como fabricante de cestos), los carniceros, los enterradores, los ermitaños, los monjes, los porquerizos, las enfermedades de la piel en general y de las enfermedades contagiosas en particular. 

Se representa a san Antonio Abad como un anciano, con el hábito de la orden y con un cerdo a sus pies.  Sus atributos más habituales son el bastón en forma de tau, pudiendo aparecer ésta en ocasiones bordada en el hábito del santo; el libro, el rosario, la esquila, las llamas del fuego de san Antón y el cerdo.

Ya en  el siglo XI, la Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, los Hospitalarios o Antonianos, se pusieron bajo la advocación de San Antonio Abad. Tenían como misión cuidar de los enfermos de ergotismo, enfermedad que también se llamó “fuego de San Antón”. Esta enfermedad estaba provocada por la ingesta de pan de centeno contaminado por el hongo del cornezuelo, que provocaba alucinaciones, convulsiones, necrosis de los tejidos y gangrena. La enfermedad comenzaba con un frío intenso en todas las extremidades, para convertirse en una quemazón aguda. Además del ergotismo, los Antonianos ofrecían atención y cuidado a enfermos con otras enfermedades contagiosas: sarna, peste, lepra y enfermedades venéreas.

La conexión entre San Antonio y los cerdos se deriva de la costumbre que tenían los Antonianos de dejar sueltos por las calles a sus piaras de cerdos, que llevaban colgada una campanilla y una marca especial en el cuello, con el privilegio de poder utilizar los pastizales comunes. El 23 de diciembre o el 17 de enero, eran sacrificados y su carne bendecida en la iglesia,  se destinaba a los hospitales que regentaban y se repartía entre los pobres o bien se vendía para cubrir los gastos derivados de la atención a los enfermos. Así mismo, con la grasa de los cerdos y determinadas hierbas medicinales fabricaban ungüentos para la cura de las heridas causadas por las diferentes enfermedades.

Los Caballeros de San Antón llegaron a España en el siglo XII, a través del Camino Francés, abriendo varios hospitales en diferentes puntos para atender a los peregrinos enfermos que iban a Santiago buscando remedio para el ergotismo. 

Tras la caída de Constantinopla en el siglo XV, las reliquias de San Antonio se trasladaron a la abadía de Saint Antoine-en-Viennois, celebrándose desde entonces su onomástica el 17 de enero. 



Dicen que la noche del 17 de enero los animales adquieren la capacidad de hablar... 





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