Debido a la insalubridad de la zona, la laguna se desecó en
el siglo XVIII, y en solar resultante se construyó una plaza porticada para el
asentamiento de los comerciantes. Esta plaza, fue edificada en 1792 con planos
del arquitecto municipal Francisco Pruneda y Cañal, que la proyectó para ubicar
cuarenta tiendas con planta y piso, recorridas perimetralmente, tanto en el
interior como en el exterior, por un pórtico de columnas, aunque no se respetó
el plan original.
En 1981 se realizó una restauración de la plaza, dirigida
por la Dirección General del Patrimonio Artístico. Aun así, el continuo deterioro
llevó a su demolición y posterior reconstrucción en 1996.
La plaza del mercado, en Pilares, está formada por un ruedo de casuchas corcovadas, caducas, seniles. Vencidas ya de la edad, buscan una apoyatura sobre las columnas de los porches. La plaza es como una tertulia de viejas tullidas, que se apuntalan en sus muletas y hacen el corrillo de la maledicencia. En este corrillo de viejas chismosas se vierten las murmuraciones y cuentos de la ciudad.
"Tigre Juan", de Ramón Pérez de Ayala.
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