En Coaña se conserva una estela discoidea de un metro y medio de altura, cuyo disco tiene un diámetro de un metro. La cara anterior es rugosa y parece desgastada, mientras que la posterior es ligeramente cóncava. Al parecer, presenta restos epigráficos, muy poco visibles.
Algunos autores han tratado de establecer una relación entre la estela y el castro, mientras que otros la consideran una representación del sol. Con la llegada del cristianismo, su carácter divino fue asimilado y la llamaron Piedra de Nuestra Señora. Según Cristobo de Milio Carrín ("La Creación del Mundo y Otros Mitos Asturianos"), en tiempos no lejanos algunos habitantes del pueblo le rendían culto.
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